Derechos Humanos. Paradojas de la Memoria

  • Silvia Gallo

Resumen

La historia de las marchas de cada 24 de marzo por los Derechos Humanos se remonta al 30 de abril de 1977 en plena dictadura cívico-militar, cuando un grupo de madres encabezado por Azucena Villaflor, se dirigieron a Plaza de Mayo y se quedaron de pie frente a la entrada de la Casa Rosada, a la espera de que el presidente de facto Jorge Rafael Videla las recibiera. Buscaban a sus hijos, sin ser escuchadas. Desde marzo de 1976 regía en el país el estado de sitio, por lo que, sin tardanza, policías les informaron que estaban prohibidos los grupos de tres o más personas, estar de pie inmóvil en la vía pública y les ordenaron que circularan. Las madres acataron la orden al pie de la letra. Sometidas y sujetadas a esa letra, trazaron su primera grafía. Se tomaron del brazo de a dos y empezaron a caminar a paso lento alrededor de la Pirámide de Mayo.

Este acto de escritura, constituye la delimitación de un vacío, de una falta, una inscripción, uno de los cortes que instauran la existencia de las Madres y de los Detenidos Desaparecidos en la Argentina, sistemáticamente desconocida por la prensa, la Iglesia y gran parte de la población.

Publicado
2018-09-16